9 de septiembre de 2004

Le decían el Violín, le gustaba coger con morritos. Un día lo apañaron por echarse a su hijastra y hasta ahí llego, lo trajeron aqui. Ya estabamos todos los presos esperándolo porque habiamos leido la noticia en el periódico pero como no traía foto, no sabiamos la que nos esperaba. Ya hasta habíamos rifado los turnos, me iba a tocar el desquinte. Nunca me había tocado ser el primero. Ya me habia emocionado cuando lo voy viendo llegar. Pinche marrano nalgas cuadradas, lo encueraron de todos modos y me cae que traté, pero no mames pinche lomo peludo, lonjas hasta en la nuca. De los quince que hacíamos fila no le quiso poner ninguno. Hasta que el Tintas gritó:
--agárrenmelo!
Sacó una foto de la cartera, se le subió en el lomo. Ahí estuvo un rato dándole con la aguja. Al terminar el dibujo me dijo bien respetuoso.
--Es mi jaina compa, trátela con cariño está quintita.


Lola

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