25 de noviembre de 2004
EJERCICIO 8
--Huele bien raro.
--Me acuerdo de tu cara, pero no sé de dónde.
--No tuve con quien dejar a mis hijos.
BASES:
1. Extensión promedio: 150 palabras.
2. Fecha límite de entrega: 2 de diciembre (8PM TIJUANA).
3. Enviar textos a: brunoruiz@gmail.com
4. OJO: Indicar cómo se desea que se firme el texto, nombre, nick, URL, etc.
5. Evitar el uso de justificaciones dentro del formato del texto, sólo empleando izquierda, centro, derecha...
17 de noviembre de 2004
COMENTARIOS EJERCICIO 7
Sólo quiero felicitarlos por el continuo interés que han mostrado en el taller. Inviten a sus vecinos, amigos. El taller está abierto al publico. Se aceptan sugerencias, comentarios, libros.
B--
Se les invita a que dejen un comentario en cada texto.
C--
El 24 de noviembre iniciamos con el ejercicio 8.
Un saludo.
BR
http://www.brunoruiz.blogspot.com
había bocinas blancas y redondas en el techo, salía una versión para órgano melódico de roy orbison. gina presionó siete, mr. robinson diez. llegando al tres el elevador se detuvo. ahora baby love, sin las supremes. detesto esta canción dijo mr. robinson a la puerta. gina lo miró de reojo y para fastidiarlo empezó a cantar y a hacer una pequeña coreografía con las manos. mr. robinson supo que era una zorra estúpida en cuanto entraron al elevador. a quién se le ocurre vestir pantalones dockers fajados arriba de la cintura, más con esos muslos. y esa cuello mao asquerosa, abotonada hasta arriba, dios. ¿quién te hizo el corte, mamá partridge? mr. robinson llevaba una gabardina de cuero a la rodilla y el cabello relamido, nada más. si el elevador no hubiera vuelto en marcha estaría muerta, pensó, si no hubiera empezado a sonar zapatos de ante azul y no hubiera dejado de hacer ese estúpido baile. a veces simplemente las personas tienen suerte. gina bajó en el siete, el templo anglicano, tarde al oficio. mr. robinson se revisó el bolsillo de la gabardina, se sintió tranquilo al tocar su pequeña navaja suiza y el tubito de lubricante. piso diez.
brayan
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Erase una vez un elevador descompuesto, una mujer y Dios como intermediario de pasiones prohibidas.
-Esto va a durar mucho... no se ve tan mal ¿Será un pecado? se me esta antojando...
-Nunca he visto a mujer tan bella.
-¿Será como el hacerlo con Dios?
-Cristo Señor. Ayúdame.
-Mhmm... Ahora es cuando.
-Señor ilumíname que me vengo.
-Este es un delicioso “pecado divino”
-¡Seré expulsado del paraíso eterno!
-Ahora si me siento más iluminada, creo que hasta me iré al cielo después de esto.
-Perdónala, porque no sabe lo que hace.
-Creo que le esta gustando, ¡ya vienen!
-¿Porque Señor?, ¿Porque?
-¿Todo bien Padre?
-Sí, gracias.
-Ven hija mía, vamos a otra parte para que sigas desahogando tus pecados.
Dark Fairy*~ Iraís
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Mariela Martÿffffednez
Media hora sin luz y con el elevador parado, sólo ellos dos y un
silencio incómodo.
Ella estaba recién llegando a casa, 10:22 AM. El último cliente tomó rato. Estaba guapo -pensó- y todo un caballero además. Un cambio agradable hace el trabajo más placentero. Pero el dinero no deja de ser el dinero, así es la prostitución. Llevaba pants, tenía un cambio de ropa en el coche... no le gustaba llegar con las ropas del trabajo.
Él, en cambio, estaba visitando a un sobrino enfermo de gripa. Era uno de esos sacerdotes jovenes. No utilizaba el uniforme en situaciones familiares porque no sabían si llamarle "Mau" o "Padre". La "vocación" lo llamó a los dieciocho años, cuando terminaba la prepa.
-Pues no llega la luz -dijo él, sentándose en el piso.
-Hágase la luz -dijo ella, mirando arriba y jugando con el cabello.
-Dios quiera -sonrió el sacerdote.
-Amén -respondió-. No es domingo y como si estuviéramos en misa.
-¿Es usted creyente?
-Mi trabajo lo requiere.
El joven asintió.
-¿Es policía?
-En ocasiones -dijo la puta, riendo. La risa movió al cura a reírse con
ella.
-¿Usted? -se animó a preguntar ella.
-Ohhh... abogado, abogado del diablo -dijo él.
-Entonces usted no es muy creyente.
-Al contrario, para defender al diablo uno tiene que creer en Dios. Sin uno, el otro no existe.
Ella asintió, le gustó el hombre y sus respuestas sencillas que pretendían ser inteligentes. Al hombre le gustaba la voz de la mujer, le despertaba un algo. Probablemente eran la oscuridad y el anonimato. Estuvieron a punto de seguir cuando se hizo la luz y el sonido de los motores les regresó la incomodidad.
-Aquí me bajo -dijo él, la miró atentamente y notó que aún sin maquillaje era muy bonita. Ella alzó la mano y tan sólo dijo adiós. No le gustó el hombre, con luz se veía muy niño. Le gustaban más varoniles.
-Mucho gusto -dijo él, animado.
-Igualmente, hasta luego -dijo ella, sonriendo debilmente.
TT.
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El elevador se cerró detrás del sacerdote. Dentro solo estaban él y una mujer bastante desgastada. El sacerdote la miro sin discreción alguna. La mujer le respondió la mirada y le dijo:
-Sí, soy una pinche puta.-
-Que bueno.- contesto el sacerdote.
Durante un rato permanecieron en silencio mientras el elevador se movía, súbitamente el aparato se detuvo, entre el octavo y el noveno piso.
-Chingada.- dijo la puta, -atrapada en un elevador mientras debería estar trabajando.- miro al sacerdote y dijo –Y con un jodido cura maricón ¿Supongo que esta es la oportunidad perfecta para arrepentirme?-
-No lo se, no me importa.- dijo el sacerdote. –Todos estamos perdidos, que más da si es por abrir las patas y recibir el cuerpo de un extraño o abrir la boca y recibir el cuerpo de Cristo.-
La prostituta no supo que contestar, miro indignada al sacerdote;
-¿Ni siquiera se esforzara por decirme que voy por mal camino?- dijo.
El sacerdote no respondió, se sentó en el piso, arreglo su sotana y contemplo la puerta del elevador.
-¿Tan poca casa soy?- pregunto la prostituta.
-No.- contesto el padre.
-¿Entonces?- insistió la piruja.
-La poca cosa soy yo. Ahora cállate y esperemos que esto no dure mucho.-
La prostituta se sentó en el piso, junto al sacerdote, arreglo su falda y contemplo la puerta del elevador.
(c. bortoni e.)
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Primero sube él, piso 7. Piso 22, una delicada monja de piel blanca con pecas en las mejillas y tremendos ojos verdes entra. El sacerdote hace una cortés reverencia.
- ¿ A qué piso va madre?
- Al 35, si es tan gentil.
El padre Telésforo pulsa el 35, y a los pocos segundos se escucha un estruendoso ruido: una falla de voltaje que detiene al elevador y a todo el sistema eléctrico del WTC.
Él piensa en lo extraña que es esa monja. De inicio, es joven, muy joven, a lo sumo unos 19 años. Después, utiliza un perfume exquisito. Pero, lo más extraño es su calzado: zapatillas de tacón mediano con un sutil emblema de hoja de maple. De ahí en fuera todo cuadra: cara limpia, cabello recogido, cinto y rosario impecables. Entonces desecha toda sospecha y reza un ave maría exprés y silencioso por sus malos pensamientos.
- Madre, estese tranquila, Dios nos mandará ayuda pronto.
- Nunca estuve intranquila padre.
- Qué valiente mujer de Dios que no teme a la incertidumbre ni a la oscuridad.
- Estoy acostumbrada a ambas.
- Sí, uno que es siervo de Dios debe sosegarse y luchar contra las tinieblas y la incertidumbre madre. Se nota a leguas que la oración la ha llevado a un nivel de quietud y fortaleza interiores superior.
Ella piensa en los japoneses cincuentones con los que tendrá que follar cuando regrese la luz. Los pervertidos le pidieron esa vestimenta exacta, y le prohibieron gota alguna de maquillaje. Parece que un fetiche importante son los zapatos Prada. Larissa nubla la grotesca imagen de los nipones con la idea de su cuantiosa paga, porque eso sí, ella es de las finas.
- Sí, mi labor es sobre todo en la oscuridad y con mucha incertidumbre padre. Pero, la recompensa bien lo vale.
- Qué mejores recompensas que la felicidad del prójimo, la caridad o la paz. El mundo es afortunado de tener servidoras con tanta vocación y fidelidad como usted madre...¿ su nombre?
- Magdalena padre, Magdalena.
Llega la luz. El padre se baja en el piso 30.
-Que Dios la bendiga Magdalena y la libre de todo pecado.
-Que así sea padre- dice esbozando una sonrisa entre sarcástica y dulzona.
Karlatone
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karlatone@prodigy.net.mx
Parece que ya se atascó este cachivache.
Señorita, ¿sería tan amable de presionar el botón
[rojo, míralo que chapeteadote, no
puedo creer que se haya puesto así por mí, está todo
apenado el pobrecito cura, que por cierto no está nada
mal, ¿realmente será
[virgen santa, mira nada más que escote trae
esta mujer, no deja nada a la imaginación, quien lo
fuera a pensar, de seguro es una
[puta, que bueno que la alarma ya está
sonando, ya me anda de las aguas, ojalá vengan a
sacarnos de
[aquí huele muy raro, debe ser el perfume
dulzón de esta muchacha, me marea, de veras que se ve
muy
[fuerte y viril el curita, eh, será muy
sacerdote pero bien que me está desvistiendo con la
mirada, que no se haga pedazos, si también se le ha de
[parar este maldito elevador, y con la prisa
que tengo, no se me vaya a enojar la clienta. Eso de
ser chippendale es un trabajo duro. Y todavía me hacen
que me ponga esta pinche sotana, viejas pervertidas…]
Vaya, esto se tardó en funcionar menos de lo que
pensé. Al piso tres, señorita, por favor. ¿Ah, también
usted se baja ahí? Mire que coincidencia, jamás lo
hubiera imaginado.
Prosti: putamadre! ya se atoro esta madre...
Sacerdote: ten calma hija, con esas expresiones no lo vas a hacer funcionar
Prosti: perdón padre pero me estan esperando en el quinto... con un quinto,
jajajaja!
Sacerdote: hay hija...
-silencio-
Prosti: oiga padre y usted nunca a... este... pues... (forma un circulo con
dedo índice y pulgar de la mano izquierda y con el dedo índice de la derecha
lo atraviesa por el centro en repetidas ocaciones)
Sacerdote: nunca he que?
Prosti: si padre sabe a lo que me refiero
Sacerdote: no se a donde quieres llegar con esto
Prosti: digame padre, siempre he tenido esa fantasía
Sacerdote: de que me hablas mujer, no entiendo cual sea tu objetivo
Prosti: pues es una duda solamente padre, como cualquier duda que pueda
tener usted
Sacerdote: yo no tengo dudas!
Prosti: seguro padre? a poco no le interesa saber lo que traigo debajo de
este vestidito (mientras levanta un poco si vestido), o como hago el sexo
oral (metiendose un dedo en la boca), o como cojo con los hombres! (sonrisa
perversa)
Sacerdote: por favor hija no sigas
Prosti: bueno pues entonces digame si usted nunca a cogido!
Sacerdote: y de que te sirve saber si he cogido o no?
Prosti: pues ya se lo dije es una duda que tengo
Sacerdote: pues fijate que...
-se escucha un timbre y se abren las puertas de el elevador-
Sacerdote: hija creo que aqui es donde te bajas... que Dios te bendiga!...
(bajando la voz) estoy en la iglesia del sagrado corazón...
Betos
http://laflaca.blogspot.com/
Mty. N.L.
Cuando estalló la bomba la electricidad feneció. La ciudad quedó en oscuro. En el horizonte apareció un hongo sobre las nubes.
—Padre, tengo miedo.
—No temas hija, Dios está con nosotros.
Empezamos a inhalar el humo que entraba en el elevador.
— ¡Auxilió! —gritó Maggie— ¡padre, creo que nadie nos escucha!
— La Teotokos nos escucha hija —exclamé mientras usaba mi komboskini con mi mano derecha.
—Padre, nos vamos a morir —dijo llorando.
—La muerte es como un sueño, cuando despertemos veremos a tu mamá y a tus hermanos.
—Que irónico, el SIDA no será lo que acabe con mi vida —exclamó al palpar los medicamentos gratuitos contra el VIH que la trabajadora social le consiguió.
—Hija, yo sufro de enfermedades peores.
— ¿Cuáles enfermedades?
— El orgullo y la soberbia.
El humo comenzó a invadir nuestros pulmones. Sentí un dolor en el pecho y un ataque de vértigo. Lo último que escuché fue a Maggie toser. Cuando abrí mis ojos miré una luz resplandeciente; más intensa que el sol.
— ¿Padre, ya estamos muertos? —preguntó Maggie.
—No hija, ahora estamos más vivos que nunca.
Juan José Martínez
www.deljuan.blogspot.com
- ¿Qué ha sido eso?
- No sé, parece que se estropeó algo.
- Pique el botón de alarma señorita, así vendrán a buscarnos.
- Si, ya, no se oye nada, ¿oye algo usted?
- No, pique otra vez
- Nada, ¿Qué hacemos?
- Esperemos, la alarma se tiene que oír en algún sitio.
Silencio, miradas cruzadas, el sudor en la frente de él, a ella le brilla el escote, más silencio. Es la puta, es la puta, piensa, pero calla, mientras sigue sudando.
- Parece que escuché un ruido arriba
- Si, yo también, espero que no tarden mucho, tengo prisa
- Aquí hace mucho calor ¿no le parece? ¿ No pasa calor con tanta ropa?
- No
De nuevo silencio, la malicia, silencio espeso, el momento se estira, se alarga, interminable momento.
- Por favor señorita, ¿puede parar de mirarme así?
- Si, claro, disculpe... (agacha la cabeza, se inquieta, juega con su tacón de aguja) ¡¡Pero, por Dios, padre Cristóbal, no puedo creer que ya no me reconozca!!
Teresa
www.gotitasporlavena.blogspot.com
-La vez pasada me quedé toda la madrugada. Me dormí, ¡imagínese!, hasta las seis de la mañana que llegó el velador.
-¡hasta las seis!, ojala esta vez no sea así…
- … supuse que era cura, digo por la bufanda que traía en la mano.
-Vengo de darle la extremaunción a alguien… uno que es mi mejor amigo, y no es una bufanda es una estola…
- … tú trabajas en la calle, ¿verdad?
- ¿se me nota mucho?
- mira dicen en Linares, que si camina como pato, nada como pato y hace como pato, ¡pues es un pato!...
-… por eso le digo, padre, la vida se tiene que disfrutar, mire nomás a su amigo, qué debe ser joven, como de su edad, ¿verdad?, y ya le va a tocar palmarla
- Sí, pero siempre tiene uno que pensar en ser instrumento de la Causa de Dios…
-… y claro que no le voy a cobrar, aunque por lo incomodo, debería.
-Mira, si quieres te pago, pero también te voy a decir cómo le dije a mi amigo, ¡tremendo cabrón!, le dije: Si te vas a morir de SIDA, no es por pervertirme, por darme por el culo y lanzarme a la perdición, sino por cochino y libidinoso…
Jorge Rueda
Se habían quedado varados descendiendo del tercer piso. No eran muy jóvenes pero tampoco muy viejos. El primero, alto y pasivo, luchaba contra el frío con guantes y un abrigo que lo cubría hasta el cuello; la segunda, delgada, bella y con sombras en los ojos, titiritaba entre un vestido corto y un suéter delgado.
El joven advierte el tiempo que pasarán ahí y le ofrece su abrigo a la dama; ella se cautiva por el gesto extraordinario.
Hablan con miradas. Como Adán y Eva, se tientan, esperan a pecar; no necesitan un paraíso, es suficiente con estar. Pasan momentos y empiezan a conversar. De pronto callan y se empiezan a besar.
El ascensor reacciona, ambos bajan hasta la calle y actúan normal.
-Soy prostituta.-dice tiernamente avergonzada.
El hombre saca un libro del abrigo y se lo da; una Biblia.
-Bendita. El hombre necesita pecar.- contesta él suavemente. Se despide y se
dirige hacia su monasterio a rezar; un sacerdote sin igual.
N.
http://n-opb.blogspot.com
http://nnein.blogspot.com
Dos personas quedan atrapadas en un elevador: una prostituta y un sacerdote.
(-¡Terminarán teniendo sexo!- pensó el escritor invariablemente, como argumento principal del relato.)
Pero no, Verónica estaba demasiado cansada y desesperada, observando a su extraño acompañante que intentaba por cuarta vez en el botón exit, que la puerta del ascensor se abriera, con el mismo resultado que las veces anteriores.
-Ya dejé eso, no va a abrir, se atoró, pasa seguido en los ascensores, y lo más seguro es que no venga nadie a rescatarnos, hasta que amanezca, dudo que a las 2 de la mañana a alguien más se le ocurra hacer uso del elevador- Verónica lucía verdaderamente enfadada. Blanca, de cabello oscuro, no usaba perfume barato, ni exceso de maquillaje, ni siquiera el largo de la falda correspondía al de una prostituta, pero, lo era.
-Un muerto-masculló Javier, quien de no ser por el cintillo blanco en el cuello, tampoco nadie intuiría que era sacerdote, pero, lo era.
(Además confirmaría mi hipótesis, de que el mal siempre triunfa sobre el bien, insistía el escritor)
-¿Perdón?
-Sí, un muerto, vengo de darle los santos oleos a una persona que acaba de morir. En el 524.
-¡Ah mira!, que coincidencia, yo también vengo de atender a un muerto, en el 525, y por más que hice, no pude revivirlo, ¡Vamos!, quite esa cara, no fue tan literal.
-¿Y dice que no vendrán a arreglar el elevador hasta que amanezca?
-Es lo más seguro, y yo que tenía que regresar esta misma noche a Jalapa.
-¿Qué, entonces no es de aquí?
-No, solo vengo a trabajos especiales.
Javier y Verónica se quedaron viendo en silencio mutuo por unos momentos,
(pero aquí, ¿quién representa el bien y quién el mal? se preguntaba el escritor,) . .
mientras el sacerdote y la prostituta terminaban teniendo sexo, invariablemente.
Seven
http://sinpretensiones.blogspot.com
Hijo de puta. Dejó escapar una filosa carcajada. Noté mi error. Nunca me sentí tan indigna. Impulsivamente lleve mis manos a su cuello, pero el me estampó una abofeteada que hizo recordar el suelo. Rompí en sollozos. No debí de haber acabado así. ¿Chupársela a un sacerdote corrupto? ¿Me oye? ¡Yo no debería de estar aquí! Lloraba incontrolablemente.
No, Padre. Yo estudie, Padre. Licenciada en Economía, eso soy. ¡Para lo que me sirve! Seis entrevistas en dos años, y nada. Sin razón me negaban el trabajo. Mi padre, pedo, terminó por correrme de la casa, no sin antes darme un regalito, padre. Ni siquiera ella me ayudó.
Y su rostro, con el terror del pecado recordado.
Rafael Martínez
http://erodescia.blogspot.com
subiendo por sus piernas la mirada y rápidamente desvió la vista a la pared metálica. Le sudaban las manos. El cleriman le incomodaba. Fijó la mirada sobre sus manos entrelazadas para mantener a raya la imaginación del borde de esa minifalda. Quiso recordar la última vez que había pecado, ¿Cuándo fue? Tenía sólo dieciséis y aquél lo había dejado condenado.
Patricia Arevalo
http://asakhira.blogspot.com
“Para proteger y servir”
REPORTE DE HECHOS:
A las 23:00 horas del día MARTES 16 de NOVIEMBRE de 2004 se encontraron los cuerpos de Alyssa Stolztenbach, de profesión desempleada y con 2 arrestos por prostitución en la vía pública y de Ignacio Fernández, de profesión padre de la Iglesia Católica de San Patricio en el elevador del ala noroeste del edificio de empresas KeyBoard, Localizado en Blvd. Clairmont Mesa, No. 13244. La causa de la muerte fue el impacto contundente recibido al fallar el sistema de seguridad de dicho elevador. Un video sin audio muestra que en los últimos momentos el padre Fernández otorgó la confesión a la Srita. Stolztenbach. También se localizó en el lugar una mochila con los siguientes objetos: una lata, una llanta, una bota y un Libro de Clichés.
RESPONSABLE DEL REPORTE:
Agente Mauno Pertu.
Código: 19650917
Manuel B. Ibarra
www.art-star.blogspot.com
Hasta el día que leí el ejercicio Nº 7 del Taller de Hipertextos, todo iba bien en mi
vida. No digamos, espectacular, pero sí, tolerable y pacífica.
“Nos la puso difícil el profe”, pensé.
Inmediatamente inicié varios ejercicios de texto, barajando opciones. Un sacerdote y una
prostituta encerrados en un elevador es un tema fuerte.
Recordé la ley judía que apedreaba a las prostitutas y a Jesucristo perdonando a una,
rompiendo las leyes de su época. Recordé a mi madre que murió en el parto, según el
cura, “por su pecado”. Y recordé a Vergara, el párroco del sector, atacado por una
pandilla, muriendo desangrado a pasos del convento.
Pensé en mis múltiples contradicciones con la fe, en mis objeciones de conciencia y en la
ira de no ser santos.
¿Qué importancia tiene un cura y una prostituta en un elevador frente a mi fe destrozada?
Probablemente alguien abrirá el adminículo aquel y cada uno seguirá con el oficio que le
corresponde (en algo hay que ganarse el pan cotidiano), pero yo ¿qué hago con mi vida ya
no tan políticamente correcta?
Acepto sugerencias.
toyita
Podría culparte a ti, por todas las prohibiciones y tentaciones en las que no debo caer. Por las pruebas que me impones para hacerme más fuerte, pero soy débil Señor, soy débil, por eso estoy aquí, porque ante el mundo así es como debo pagar, y ante ti tengo que purificarme para ser digno de llamarme tu hijo.
Perdón Señor, perdón ¿cómo pude blasfemar contra ti? Es él el que la envió para tentarme, quería arrebatarme de tu lado pero no lo logró, logré vencer al mal en tu nombre.
La primera vez que la vi lloraba y rezaba en silencio con la cabeza agachada. Me acercaba a hablar con ella, creí que era un de tus hijas y la debía consolar, pero levanto la cabeza y pude ver su rostro y esos ojos. Desde ese día cada domingo busque los mismos ojos y siempre estaban ahí, la miraba acercarse a tomar tu cuerpo la maldita! y esos ojos, empezó a meterse en mi, en mis pensamientos, ahora la veía todas las noches , me cegaba, me enloquecía. Empecé a seguirla, la veía con ellos, era una pecadora señor, una mundana! Ese día la seguí hasta aquel edificio, entramos juntos al elevador, me miró creo que me reconoció, era la última vez que esos ojos iban a envolverme, la maté. La maté en tu nombre señor.
Luna
Se sintió espantada al verse atrapada en el elevador del hotel con un sacerdote. El sacerdote. No gritó. Entendió que el buen pastor no la había reconocido. Todas esas palabras en la privacidad del confesionario no le habían delatado el aspecto físico. Cada quien iba a lo suyo. O más bien, cada quien venía de lo suyo. Él había visitado a un joven en el sexto piso. Ella venía del quinto. Un hombre anciano que le decía Lolita, le había pagado 25 dólares para que se vistiera de monja.
BR
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10 de noviembre de 2004
EJERCICIO 7
BASES:
1. Extensión promedio: 150 palabras.
2. Fecha límite de entrega: 17 de noviembre (8PM TIJUANA).
3. Enviar textos a: brunoruiz@gmail.com
4. OJO: Indicar cómo se desea que se firme el texto, nombre, nick, URL, etc.
5. Evitar el uso de justificaciones dentro del formato del texto, sólo empleando izquierda, centro, derecha...
3 de noviembre de 2004
COMENTARIOS EJERCICIO 6
Se les invita a que dejen un comentario en cada texto.
B--
El 10 de noviembre iniciamos con el ejercicio 7.
Un saludo.
BR
http://www.brunoruiz.blogspot.com
Es tarde y llueve otra vez, hora absurda; lluvia oblicua. Intento escribir pero la página en blanco no cede. En la ventana, las gotas dejan rastros que destellan a trasluz de esta vela. Estoy metido hasta el hartazgo en este viernes, rodeado de libros y apuntes. Afuera la humedad es diluviana. Adentro todo está cubierto de una inenarrable y seca vetustez. En ocasiones como esta no hay más salida que encender un cigarrillo y beberse los restos de la noche. Pero hace tanto que dejé de fumar. Quizá Benny Goodman me rescatase un poco. Aunque sin electricidad, eso es un afán inútil. Además, no hay Mad House que mitigue las soledades, ni Get Happy que palie las melancolías. Mejor que venga Armstrong con suSt. James Infirmary para terminar de una vez. ¿Un vaso de vino? Habría que ir hasta la cavita. Pero no, mejor no: ya llevo dos botellas, y dicen que tres
es multitud. Además, tocan a la puerta. ¿Haré espacio en el colchón, por si es la soledad que regresa acompañada? Probablemente es el viento y nada más. La página en blanco persiste y hoy toda inspiración es una ficción de funestas filias y
fatales fobias. Cómo quisiera poder escribir los versos más tristes esta noche. Pero no soy nada. Nunca seré Nada. No puedo querer ser nada. [Pessoa, Neruda, Poe, Chaves. Impensables poetas malditos].
-¡¿Quién carajos?!-.Ha de ser otro maldito turista borracho que está perdido. ¿A caso mi puerta tiene un letrero que dice “Información, Albergue o Teléfono publico”?
Existe la remota posibilidad de que se trate de alguien que verdaderamente necesite ayuda o que sea un psicópata, ésto último sería un cliché interesante, pero inclusive tengo flojera de vivir un drama emocionante a esta hora. Los toquidos no me perturban tanto como los ladridos de Hölder, mismos que serían soportables si se tratara de un perro pequeño o una hembra, pero es un tiranosaurio doberman. Esto me pasa por vivir cerca del río, después del carnaval medieval todos los zánganos buscan quién los albergue. Además, tengo que lidiar con extranjeros que nisiquiera hablan francés, y que por lo general son global trotters o de la SDF(1). Avignon es una pesadilla en días de carnaval.
Parece que el maldito ha dejado de tocar. De todos modos bajaré, ya me despertó. Tengo ganas de pelear y este malechor me va a escuchar.
-Vengo de OUI FM “la radio rock”. Si tiene el último disco de Dionysos, se gana 300 euros. ¿Qué dice?
-Digo que usted está enfermo por tocar así a las 3 am y que todos los franceses apestan. Este es el único país en el mundo donde venden desodorantes de los cuales una puesta dura diez días (marca Vichy). Soy una “je m´enfoutiste”(2) y detesto a los turistas que vienen al carnaval medieval. Seguro que su estúpida cadena de radio parisina vino a este pueblo por el carnaval. Métase sus 300 euros por el culo.
-Oh là là!.
El tarado se larga. Irónicamente sí tengo el último disco de Dionysos, Western sous la neige.
(1) Pordioseros y marginales sociales.
(2) Je m´en fou es como decir “me importa un carajo”, los je m´enfoutistes son un grupo de personas entre nihilistas y contreras, muy diseminado hoy en día entre la juventud francesa.
Karlatone
http://karlatone.vientopm.com
en la boca me puse la punta equivocada del cigarrillo. le dí la vuelta y lo encendí. el humo salía más pesado que de costumbre, por la saliva, contra la vela, porque afuera seguía cayendo agua y la temperatura había bajado. comenzó a las 8pm, son las 3:16am. la luz se fue a las 9:12, la luz eléctrica a las 11:22. a tientas fui hacia la recámara. no veía nada, lo veo echado sobre mi cama, con sus ojos negros y su perfume. encendí una vela, volví a la ventana. en la boca me puse la punta equivocada del cigarrillo. la puerta. es él, me eché a sus brazos, le besé el cuello, lo mordí, le grité al oído, quise golpearlo en la cabeza con un florero. siempre era yo. llama, voy y se la chupo, comida china a domicilio. la última vez le escupí un ojo. la puerta. a tientas fui hacia la puerta. luz y fuerza del centro.
brayan
http://el-brayan.blogspot.com
La Casa de Gobierno se desplomó bajo el rugir de los aviones que la bombardearon. Aturdidos miraron cómo desaparecía el último vestigio de democracia y libertad; sólo atinaron a llorar sin lágrimas, que es el peor de los llantos porque te parte el corazón y te destroza las entrañas.
Su mejor amigo la llamó al teléfono privado, “no salgas, hay toque de queda en toda la ciudad, las fuerzas de ocupación han cortado el agua, las comunicaciones y la electricidad, no salgas, por favor”.
En ese instante tocaron a su puerta (serían como tres de la mañana). “Compañera, a la lucha, todavía podemos resistir”. La noche era una boca de lobo, llovía, casi diluviaba y las bombas revelaban los secretos de modernos edificios y quebraban el
cemento de las grandes avenidas.
Ella tomó su fusil, puso una gota de rouge en sus labios y junto a su acompañante se perdió en la oscuridad.
Nunca la vieron regresar.
(Algunos dicen que su cadáver fue lanzado al mar, personalmente no me consta).
toyita
Escritor tras el teclado: ¿Y yo por que chíngaos? Qué, ¿me vas a obligar? O como...
Señor moderador: No, es tan solo que te estoy proponiendo un agradable ejercicio para compartir con otros escritores, que debo decirte, son finísimas personas, los textos necios que seguramente ahogan el infierno de tu mente.
Escritor tras el teclado: ¡Ah!, no mames...
Señor moderador: ¡De verdad!, ¿Que no te parece que el exponer tus textos a la opinión de otros autores, puede crear un fenómeno de retroalimentación que desembocaría en que mejores la calidad de tus escritos?
Escritor tras el teclado comiéndose los mocos: eeeehhh... ya en serio, no mames.
Señor moderador: Es que si lo ves de la manera en que yo te lo...(es interrumpido bruscamente por mi abuelita)
Mi abuela desnuda con un gordo anciano encima: ¡Con una chingada!, a ver, tu, pinché escritor tras el teclado. ¿Ya estuvo, no? Como que vas escribiendo alguna pendejada que tenga lluvia, madrugadas y esas jaladas para que este hijo de su chingada madre deje de estar jodiendo, ¿no?, y de paso, a ver si ya se salen de mi cuarto para poder gozar de mi gordito a gusto, ¿no?, orale pues, ¡a chingar a su madre lo dos!, ¡Pa’fuera!
Cristhian
sinregistro@hotmail.com
http://sangredelaluna.blogspot.com
-quien es?
-......
-quien chingados es?
-......
en eso abro de chingazo la puerta y lo unico que vi fue como un relampago ilumino una silueta, lo que pude distinguir fueron sus ropas desgarradas y un cuerpo bastante maltrecho, en chinga cerre la puerta y busque el rincon mas oscuro de la cabaña, ahi amaneci, sin dormir un solo segundo, ahora odio la lluvia y mucho mas la oscuridad... y pasar por una cabaña me aterra....
Betos
http://www.laflaca.blogspot.com/
Mty. N.L.
Mierda, sigo despierto. No he logrado dormir, otro maldito ataque de insomnio, temo que esto se vuelva recurrente. Necesito dormir. Me levanto de la cama, decidido a buscar el cansancio en otro lugar, miro el reloj, las tres de la mañana, bajo a la cocina y me sirvo un poco de agua. Vuelvo a subir y me siento a ver la televisión, no hay nada que ver pero me mantengo cambiando canales. Empieza a llover, empieza
a tronar el cielo, se escucha un fuerte madrazo y todo oscurece, "puta compañía de luz" pienso, estoy mas jodido que cuando intentaba dormir, ahora sigo sin sueño y sin energía eléctrica para distraerme. Me quedo sentado en el sillón, esperando que la luz regrese. Alguien toca la puerta, los golpes retumban en el vacío de una casa sola, insomne y sin luz. Los golpes me sorprenden, no suelo recibir visitas, menos a
estas horas. Me levanto del sillón y camino hacia al puerta, voy dispuesto a abrirla, sin preguntar quien toca. De cualquier forma no tengo algo mejor que hacer mientras espero que me de sueño.
(c. bortoni e)
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Premonición. Un despertar violento. Silencio. La oscuridad del sueño depositada, entera, en la vigilia. Los pasos, cada vez más cerca. De nuevo la cabeza a la almohada. Instinto. El ejercicio apremiante de otorgarle un ritmo suave al tropel de caballos de mi respiración. Inmóvil, lo miro de reojo. Una sombra se mueve en la habitación. Sé lo que busca. No hay demora en la oportunidad. El brillo de una hoja platinada enciende de nuevo el motor de mis pulmones. Ignición. Dos pasos y la sombra empuña la navaja. Cierro los ojos. El abandono también es seducción. Instinto. El hombre se detiene. Voltea hacia la puerta. Un hombre idéntico a él, lo mira. Lo último que recuerdo es el sonido de la navaja estallando sobre la cerámica del piso. Ahora, cuando camino por la habitación, procuro no molestar. Un hombre desarmado sólo es una sombra de lo que fue. El miedo ata: siempre lo supe.
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Decidí irme de ahí.
Llegué a casa, no había electricidad y la noche era tan negra que todo desaparecía a poca distancia de mí. Me senté en la cama, y empecé a recordar lo que había visto, sintiendo lastima por aquellos jóvenes que pronto serian ejecutados.
De repente golpearon mi puerta, los ruidos de aquella madera crujiendo eran insoportables, no sabia que era, el solo ver como la puerta se iba desprendiendo daba terror.
Minutos después los ruidos cesaron, me acerque y abrí, eran las 3 de la mañana venían por mi y pronto estaria con ellos; de nuevo el cielo se desprendía.
Dark Fairy*~ Iraís
Toco la puerta apresurado, empapado; afuera estaba lloviendo y el viento se resistía a dejarlo avanzar…. - chet, pinche electricidad
-Donde habré puesto las velas, carajo
Tum tum tum -Quieeeeeeeen
-Soy yo wey ábreme, esta bien cabron acá afuera
-Quitate los zapatos antes de entrar no vayas a dejar todo chorreado, mmm también te puedes quitar la ropa si quieres
-jejeje gracias, así estoy bien
-bueno como quieras ¿de donde vienes?
-Fui a mi casa a recoger a mi abuelo pero ya se lo habían llevado
-¿Que ya se murió el ruco?
-Si wey, mi mamá anda que no se aguanta, y hoy según lo iban a llevar a cremar
-Y que ¿se les apago la fogata o que?
-No wey, pos esta lloviendo
-¿Y eso que?
-Nadie quiso ir
-Pos pobre, otro día más en el mundo… a de apestar a madres
-Si wey. ¿Qué estabas haciendo?
-Estaba escribiendo pero no se me ocurría nada bueno, y tú, ¿a que vienes?, según ya no me querías volver a ver
-Si, pero hoy fue un día como aquellos en los que nos gustaba sentir la lluvia en el cuerpo y nos valía madre que se muriera la gente
-¿Y eso que?
-Pos me dieron ganas de… tu sabes. Digo, si quieres
-mmm, y, desde cuando pides permiso
Adriana L
Alguien toca… son las tres de la madrugada. Me incorporo esperando que el sonido sea sólo el eco de la lluvia. No es así, alguien llama. No abriré, si fuera urgente antes hubieran telefoneado. Deben estar confundidos…, además con la luz apagada no pueden saber que hay alguien…, no iré. Al vivir sola se deben extremar precauciones…
… abro la puerta, me doy cuenta que la lluvia es torrencial…, no hay nadie tras ella…, cierro y descubro sobre la mesa un niño pequeño… sé que es aquel crió que aborté cuando joven…, no es posible. Me despierto, bruscamente.
Nadie toca la puerta, sigo en la cama…, pero llueve. Estamos en época de secas… escucho que tocan a la puerta…Abro, reconozco a mi hermana…, ella
murió hace dos años…, me pide que vaya con ella..., unos hombres la arrebatan y la conducen a empujones escaleras arriba… vuelvo a abrir la puerta… a mi padre me da gusto verlo, se ve más joven, su cabello y su bigote han vuelto a ser negros…, me alegro y le pido que se siente…, sólo entonces reparo en que su bragueta está abierta…
Sobresaltada despierto por que he escuchado que tocan a la puerta.
¿Llueve?…no. Nadie toca… debo haberlo soñado.
Jorge Rueda
Lo que vi me heló la sangre, toda mi vida esperando ese momento, y llegó así, sin aviso, en una horrible noche de invierno. Imaginé miles de veces esa situación, de miles de formas diferentes, pero ninguna así. Ella me miró y me dijo: “Sabés a lo que vengo. Es hora de comenzar tu regreso. Llegó tu momento de ser.”
Y así, sin ninguna otra palabra, partimos juntos con rumbo a mi destino incierto.
Daniel Dvorkin
Eran las 3 de la mañana y cuando escuché el estallido de un rayo se fue la luz. La lluvia golpeaba la ventana. Todo quedo en oscuro. Para no derramar la copa de vino que yacía en mi mano, la maté de un solo trago. Los apagones no son ninguna novedad en los inviernos de Portland. Alguien tocó la puerta del estudio. Me levante del sillón, abrí el cajón dónde guardo mi 45 y tomé la linterna de mano que estaba a un lado. Abrí la puerta y allí estaba Johnny Vee —el percusionista del grupo— con una botella de tequila en las manos y con su cara de ebrio compasivo.
—Hey man, want some? —dijo haciendo énfasis con la botella.
—Come in Johnny Vee.
Es bueno tener vecinos que se preocupan por los demás. El vivir en comunidad es preferible al individualismo de los suburbios. No importa que nuestra comunidad haya sido un edificio construido en 1910 en el que se alquilaban departamentos a personas como nosotros, sin dinero y con un futuro precario, pero con todas las ganas de mejorar el mundo con manifestaciones estéticas.
Juan José Martínez
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Dirigi cada mis pasos hacia ella con el libido por todo mi cuerpo... toc, toc, toc... tan pronto llegue a donde estaba la tome en mis brazos y la bese mientras la despojaba de su ropa, ella no opuso la menor resistencia y simplemente se dejo llevar... toc,toc... siento que ya no puedo mas y al abrir los ojos estoy de pie junto a la cama, a obscuras, me apresuro a abrochar mi pantalon, el reloj marca las tres, alguien toca la puerta y afuera llueve.
Al abrir un relampago dibuja una silueta femenina que alza la mirada y dice con voz seductora: "hola tigre, tu pediste un masaje?"... yo nervioso contesto "si te estaba esperando, pasa, deseas algo de tomar?... "
Piojo
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Despertaba automáticamente, a veces con los ojos pelones, a veces con los párpados arenosos, todos los días, a las tres de la mañana. Exactamente dos horas antes de que sonara el despertador. 5am, el radio-reloj-despertador de la mesita de noche le hacía dar un sobresalto. Las trompetas del Himno Nacional.
Pensaba que era una costumbre de su cuerpo, o eso que llaman “memoria muscular,” saberse programado para dormir “otras dos horas” y no esos ridículos cinco minutos de la gente que usa el snooze para ganar estatus modorro gracias a la avaricia del laxo. Pensaba que también era costumbre que le gustara el calor que irradiaba ese bulto que dormía a su lado todos los días, igual por costumbre o por la simple comodidad de dormir con alguien.
Debían ser las tres pero los dígitos rojos estaban apagados. El calor que despedía el bulto cotidiano de Andrea tampoco estaba allí, ni estaba el silencio de la mayoría de las madrugadas del año. Se levantó porque creyó haber oído que alguien tocaba la puerta. Llovía. En el tapetito de la entrada sintió pisar los dos únicos relojes de pulso que de noche estaban sobre el tocador, y de día alrededor de las muñecas de ambos. Hoy se precipitó el sobresalto. Y no fueron las trompetas del Himno Nacional.
Selene Preciado
http://seprec.blogspot.com
Teresa
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La tormenta no era lo único que mantenía a Andrea despierta y dando vueltas en su solitaria cama, con particular desesperación. Buscó la hora por tercera vez, el despertador marcaba la 1: 30 de la mañana, su reloj de mano las 3 en punto. Antes de que el sonido del primer toc-toc finalizara, Andrea ya estaba abriendo la puerta.
-¿Lo trajiste?-
El aspecto andrógino, aunado a la oscuridad, impedían identificar o distinguir siquiera la naturaleza de aquel visitante nocturno. Asintió con un monosílabo y le extendió un envoltorio a Andrea, quien se apresuró a despedirlo.
Los primeros rayos del sol despertaron a Andrea con compañía en su cama, sonrió, su reloj señalaba las 8 en punto, mientras que el despertador en el buró, junto a el libro: “Guía de magia sexy de la bruja buena”, indicaba apenas la 1:45.
-Hace quince minutos que la luz regresó- pensó Andrea y volvió a sonreír mientras contaba los cabellos de su compañero.
Seven
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David Muñoz Andrade
Recostada, sentí el primer frío de la temporada hecho un escalofrío. Despierta en la oscuridad, sí, despierta, es la madrugada y el estruendo de un trueno a lo lejos fué la causa de que estuviese despierta con la mirada perdida sobre el muro blanco de la habitación.
A estas horas, con tremendo espectáculo natural, te empiezas a imaginar demasiadas cosas, tantas cosas que pasan por la imaginación, sobretodo si te encuentras sola. Solitaria.
Cada ruido que escucho pienso que es [algo/alguien], [imaginas/observas] sombras bailar a tu alrededor, sobre ti. ¿Sobre ti? Ahhh, estarás volviéndote loca supongo, ya hasta sombras bailadoras [ves/sientes], sí, piensas [todavía piensas] es que a estas horas cuando salen [a juguetear/vacilar] a los paranoicos noctámbulos.
Un ataque de pánico me envuelve, si de ese pánico que sientes pocas veces en tu vida, ya no quiero estar en la oscuridad pero no me queda de otra, no prende nada. No.
Escuchas pasos cerca de tu ventana. Crujidos de hojas secas. Movimiento, hay algo que se mueve, toc toc toc toc, Escuchas ese extraño ruido, ¿qué será? Será [alguien/algo] tocando. Pero a estas horas, con este clima, ¿con este miedo?
Te quieres levantar y no puedes, no puedes, no quieres. Pánico. Paranoica.
Brenda G.
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el cuerpo de reynaldo será encontrado en un arroyo
toc toc
doña aurora decidirá hacer sopa con sus dos hijos. su infiel marido, ignorando los hechos, aceptará comerla. cuando el infiel marido dé la última cucharada, doña aurora le escupirá la verdad en el rostro
toc toc
resbalarás y no volverás a levantarte.
la puerta no se abre.
Nanilkah
El gran escritor derriba la puerta después de tres fuertes empujones. Tiempo suficiente para correr a la cocina y tomar el primer objeto contundente que encuentro: El ablandador de carne.
-“Puedo escuchar tu respiración, chiquiyeyo, DIFAMAS e INJURIAS, considera esto una invitación amistosa a los tribunales a que revises tu caso... yo soy un profesional, ¿sabes?...”
En esos momentos la luz regresa y el gran escritor es cegado por unos segundos. Aprovecho la ventaja momentánea que la luz me da para asestarle un golpe en la cabeza. Luego otro. Y otro.
-“.... Y a los profesionales no nos gusta que nos difamen. Se está integrando una averiguación previa de todo este asunto. Perdiste la war chavo....”, continúa, aparentemente inmune al dolor, mientras el ablandador deforma su rostro cada vez más.
Manuel B. Ibarra
beatnik@gmail.com
un entorno de sombras,
la obsuridad grita desesperada en busca de luz, escucho caer despacio la fria lluvia, caen las gotas, y mis ojos y mi llanto oprimido, viviendo solo entre recuerdos y lamentos, lamentando su ausencia,
de saber que esta aqui pretendiendo amarme y se va.
Me callo, reina el silencio, me calla el viento,
percibo una melodia, es la madrugada que canta, percibo un olor, el aroma de
mi amor,
tocan a mi puerta, ahi esta, frente a mi, se encuentra su faz serena,
empapado en lluvia, lo miro miro su figura que tomo entre mis manos, y sus
ojos, !me miran!
no hablamos, nos abrazamos y entramos a mi casa,
sin mas comenzamos a besarnos, ahi nos encontramos ya, tirados en el sillon,
solo me queda sentirlo cada vez mas cerca, nos tomamos, nos fundimos en
uno, permanecemos y no existe mas, lo siento tran dentro de mi, como
quisiera hacer eterno ese momento,
no existe ni tristeza ni dolor, solo existe el magico manto de luz que emite la luz de nuestro amor, te amo tanto que gritaria no importando quien escuchara r grito tu nombre y grito mi amor, este amor loco, este amor confuso, solo vive aqui este granamor, nuestra luz la luz de nuestro amor a ratitos, pero mi amor eterno por simpre vivo.
sofia
Tres de la madrugada. La puerta estaba abierta de par en par. Alguien había entrado en el transcurso que yo bajaba la escalera. Llovía. Era invierno. La falta de electricidad hacia mas frió el ambiente. Me pareció ver a dos mujeres en la sala, desnudas, pero la luz de un relámpago iluminó el ambiente y ya no había nada: Muebles y chimenea. Una ráfaga de agua helada bañó mi cuerpo. Cerré las puertas con seguro. Escuché algo cerca de mi oído. Una voz, rasposa, febril: Oh lluvia, taciturna y persistente. Un abrazo. Luego otro. No pude moverme. Un maullido lastimero, como gato. La lluvia torrencial. Otra hembra. Mi rostro iluminado por la luz de cuatro ojos rojos.
BR
http://www.brunoruiz.blogspot.com