2 de diciembre de 2004

Las últimas butacas del cine

-Levanta tantito las piernas-
-Me quiero pasar a otro asiento, aquí huele bien raro-.
-No se dice así, se dice que hiede, en éste caso para decir que el olor es fétido. Eso de que “huele bien raro″, sería si se torciera la nariz pa´olfatear. La única que huele es la nariz… y ya cállate que estoy viendo la película-.

-Me acuerdo de su cara, pero no sé de dónde-
-Como chingaos no te va a ser familiar su cara, si es el Gael García-.

- ¿A poco no está chido aquí atrás? ¿Te gusta?-
-No me puedo concentrar, estoy preocupada, no tuve con quien dejar a mis
hijos-.
-Qué mamadas dices, no son tus hijos, son unos pinches perros, y ya cállate… disfruta-
-¡Chale!, no sé para que vine contigo, si te la pasas criticándome, eres un mamón, así que saca la mano o te la meo.


Jorge Rueda

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