17 de noviembre de 2004

Algo chirría, un golpe, una pequeña sacudida, el corazón en la boca.

- ¿Qué ha sido eso?

- No sé, parece que se estropeó algo.

- Pique el botón de alarma señorita, así vendrán a buscarnos.

- Si, ya, no se oye nada, ¿oye algo usted?

- No, pique otra vez

- Nada, ¿Qué hacemos?

- Esperemos, la alarma se tiene que oír en algún sitio.

Silencio, miradas cruzadas, el sudor en la frente de él, a ella le brilla el escote, más silencio. Es la puta, es la puta, piensa, pero calla, mientras sigue sudando.

- Parece que escuché un ruido arriba

- Si, yo también, espero que no tarden mucho, tengo prisa

- Aquí hace mucho calor ¿no le parece? ¿ No pasa calor con tanta ropa?

- No

De nuevo silencio, la malicia, silencio espeso, el momento se estira, se alarga, interminable momento.

- Por favor señorita, ¿puede parar de mirarme así?

- Si, claro, disculpe... (agacha la cabeza, se inquieta, juega con su tacón de aguja) ¡¡Pero, por Dios, padre Cristóbal, no puedo creer que ya no me reconozca!!


Teresa
www.gotitasporlavena.blogspot.com

No hay comentarios.: