6 de octubre de 2004

Al entrar en la casa después de forzar la cerradura, Fátima y Triana retrocedieron asqueadas ante la hediondez de muerto que encontraron en la vivienda de Orfeo; especialmente Fátima en su tercer mes de embarazo: mientras vomitaba en la jardinera de la entrada, sobre los geranios y la amapola escondida, sentía cómo el bebé en el interior de su vientre vomitaba también ¿Pero qué?

Triana se armó de la pañoleta perfumada con que se sujetaba el pelo y encontró las paredes del interior repletas de inscripciones y símbolos algunos tan familiares como cruces o leyendas latinas, pintados con fluidos que ella sólo quiso aceptar como humanos, no animales, hasta que entró al baño - donde los macabros graffitis, el olor, alcanzaban su máxima expresión - y vio el desnudo cadáver descompuesto de Orfeo ahorcado con una cuerda sostenida en las vigas del techo, tatuado un párrafo en el torso con cortes de navaja.


akurion

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