16 de diciembre de 2004

La luz blanca rebota en las paredes y crea una atmósfera tan neutra como la obscuridad absoluta. La música es tan solo un ruido, también blanco, que evita la llegada del imposible silencio. La verdadera conciencia se ha disipado y todo lo que queda es un eterno aturdimiento.

¿Acaso podría ser mejor? Veamos, cerremos los ojos. Obscuridad absoluta.

No, no lo es y no lo será. Zarandéate sin tregua.


Oscar Pichardo
http://www.mathieurupert.blogspot.com

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