16 de diciembre de 2004

DE BLANCA ESPERA


Las ocurrencias del día no son pues, el montón de sucesos chuscos con los que comentas al Mundo tu breve estancia:
"¡Ah, que el planeta se puso distinto...!"

¡Ah, que la chingada! pienso; que es hora de abandonar el Mundo cuando el encabezado del único periódico que circula es "Mr. Karr patea a su perro. Qué le espera a la Nación"
Y a la Nación no le espera nada. Nadie espera a la Nación.
Quizá, pienso, las ocurrencias de las que te hablo son más del tipo de lo-que-haces-hoy-lo-haces-mañana, y así ocupamos el tiempo en perderlo.
Con todo; las actividades diarias asombrosamente se dividen y puedo nombrarlas haciéndole como que me divierto:
Pescamos, volamos la avioneta, hacemos hoyos en el hielo, ubicamos zonas seguras, llevamos papas en los viajes, zurcimos calcetas de lana, tomamos leche tibia, secamos la madera, quemamos la madera, comemos, hablamos de focas, de transporte marítimo, de icebergs y de vida. Cuando la que nos queda es de purita muerte. De insomne andar, de blanco horizonte hasta el vómito.

Hubo una época ¿recuerdas?, cuando en los diálogos se intercalaban los bostezos y el "cansancio" era un estado de ánimo que se insertaba cómodamente en el tiempo.
Y hubo UN tiempo, ¿recuerdas?.
Cuando cerrar los ojos era sinónimo de algo, cuando te podía explicar los "sueños" y Mr. Karr incluso, era un buen hombre con enorme abrigo que salía a martillar su cerca.
¿recuerdas?

Hoy, que quiero decir Hoy, me faltan las pausas para que las ocurrencias sean ocurrencias y yo, que abarco un espacio en el lugar, pueda abarcar un lugar en el espacio.


braquistocrona
www.lospiojosdeisis.blogspot.com

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