17 de noviembre de 2004

Tic, tac, tic, tac…. Cof, cof…… Ummmhhh... - Bueno, creo que el elevador está atorado- dijo el padre con talante incómodo. No estaba acostumbrado a tener contacto con esa clase de gente. Ella estaba volteada con la cara hacia una pared del elevador, con su ropa de trabajo y un perfume apenas perceptible. - Coño, y hoy que era mi primer día de trabajo.- Murmuró la chica malhumorada. El padre reconoció esa voz, estaba seguro haberla oído antes. Antes de ordenarse. Esa voz. De repente la chica se dio vuelta, y él reconoció el lunar cerca de su boca, que antes no se cansaba de besar. La mujer abrió los ojos con sorpresa, al mismo tiempo que al padre se le cortaba la respiración. -Javier..- dijo ella con voz entrecortada. -Anastasia, ¿pero por qué?- respondió el padre. –Tuvimos un hijo… desde que te fuiste tuve que trabajar para mantenerlo, y ésta es la profesión que más me deja.-. El padre no sabía si llorar o sentarse allí mismo. Lo único que atinó a responder fue: -Pero, déjame ayudarte…- En eso las puertas del elevador se abrieron, Anastasia le dirigió una mirada de tristeza y salió del elevador alejándose para no verlo nunca más.


Mariela Martÿffffednez

No hay comentarios.: