6 de octubre de 2004

Al entrar en la casa azul Orfeo olió el azufre del diablo azul;
el mismísimo que una vez piso la tierra sagrada del poblado de Zaragoza allá en el Molino Rojo.
Cuando lo contaba Fátima y sus revelaciones portugesas naiden le creiba puesn.
Pero Triana con su hoy y el ayer visión, la gente pegaba oido como indios al oir wild west cowboys'n gals on the way.
'Tons traiba Orfeo una madre de sueños bien chafa que un chemo le vendió en el bordo.
Empezaba su rollo.
- La Línea ni les pegó, era puro talco de baby shower.
Y Fátima le alegaba, no va a ser ansina güey.
Orfeo pusó un pie en ese tugurio malavido.
Fátima le avisó.
Pero los tímpanos de Orfeo no aceptaron lo escuchado, como un Hatsutaro rescatado rumbo a Oshu.
- what? (pero en nipon)
Mejor se pusó a wachar las jainas, it was time to relax, not to think, después del todo.


Julio Sueco
http://yonderliesit.org

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