9 de septiembre de 2004

TATUAJE


Elena se desnuda y puedo ver una mezcla de sangre y tinta que cubre el final de su espalda. Me mojo las manos y la acaricio. En su piel enrojecida aparece un dragón de siete cabezas. Una de ellas me mira, el resto parece querer trepar por su cintura.

Elena se tumba boca arriba, manchando mi cama, enciende un cigarro y sonríe, siempre sonríe. Los ojos le brillan de fiebre, por el alcohol, no por mí.

Ya no le hago preguntas, sin embargo responde;

Mi cuerpo ya no es el mismo de ayer, no es el mismo que tocaste ayer, ni el que otros tocaron hasta ayer, necesitaba otro cuerpo, necesitaba otro cuerpo, ¿lo entiendes?

Elena divaga, se pierde, cierra los ojos. Su piel sigue supurando.

Cuando consigo dormir, sueño con cicatrices.


Teresa
www.gotitasporlavena.blogspot.com

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