30 de agosto de 2004

CINCO MINUTOS


Te miro adherido a la ventana (ó ¿tú me viste?).

Tocas. - Abro. - Entras.

Tomas mi silla, mi cigarro y mi taza de café. Lo subsiguiente lo entrego yo. Hacía media vida te estaba esperando... media vida después sigo contemplándote y disfruto aún más que tú, esas piernas vencidas en mi silla y el sorbo que le das a mi café y el humo (oxígeno a mis ojos) que aspiras de mi cigarro.

Cinco minutos después la espalda termina por vencerme, sabía que yo no era suficiente para los dos: la silla luce tentadora, el olor del café tan nostálgico y el cigarro tan necesario.

La puerta esta media abierta y/o medio cerrada.

Sentado, entre humo y con sabor a moca en los labios, todo es más simple.


SevenSie7e
http://sinpretensiones.blogspot.com/

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